En el mundo de los negocios, el nuevo año no es solo una fecha en la que se inicia un nuevo régimen financiero, sino una excelente oportunidad para iniciar la expansión de una compañía, adquiriendo maquinaria o vehículos que ayudarán a su potencialización.
Es aquí cuando surge la gran pregunta: ¿cuál es la mejor opción para adquirir esos bienes? Una de las primeras respuestas que surgen ante esta interrogante es adquirir un crédito mediante alguna institución bancaria, pero quizá esta opción resulte no ser tan atractiva como el leasing o arrendamiento puro, pero, ¿por qué?.
¿Cuál es la diferencia entre el crédito y el leasing?
Un crédito bancario es una suma de dinero que un banco u otra entidad financiera facilita a un cliente, particular o empresa. Al adquirir un crédito, el beneficiario se compromete a devolver el dinero de forma gradual cubriendo una tasa de interés.
El leasing, también llamado arrendamiento puro, es un esquema de financiamiento en el cual pagas una cantidad mensual por utilizar determinado activo físico o bien mueble. Mientras que un crédito bancario te facilita una cantidad de dinero para poder comprar los bienes que necesita tu empresa, en el leasing es la arrendadora quien adquiere dichos bienes y te lo alquila mensualmente con un costo accesible.
Crédito: mayor inmediatez. Leasing: más seguridad
Al ser dos herramientas económicas tan distintas, el crédito y el leasing cuentan con beneficios distintos, en especial al momento de adquirir un bien.
Supongamos que quieres adquirir maquinaria que te ayudará a aumentar la producción de tu empresa. Con el crédito bancario tendrás de inmediato la liquidez necesaria para comprar dicho bien y solo tendrás que preocuparte por ir pagando cada mes el crédito y sus intereses. En caso de que por alguna razón no puedas cubrir el pago del crédito, el banco comenzará a cobrar más intereses por no pagar a tiempo y si llegas a retrasarte en varios pagos el banco podría llegar a embargar tus bienes.
Por su parte, con el leasing podrás hacer uso de dicha maquinaria de manera inmediata pero no será tuya, será de la arrendadora a quien le pagarás una cantidad mensual por permitirte usar dicho bien. Esto no significa que el bien nunca pueda ser tuyo, al finalizar el contrato de leasing, la arrendadora te dará la opción de adquirir la maquinaria pagando un porcentaje muy pequeño del costo real, por lo que será más seguro que esa maquinaria sea tuya pero a un mediano plazo.
Leasing: vehículos deducibles de impuestos. Crédito: hipotecas deducibles de impuestos
De acuerdo con el artículo 151 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, los impuestos de un crédito pueden ser deducibles solamente en caso de los créditos hipotecarios contratados por una persona física y destinados a la adquisición de casa habitación.
El leasing, en cambio, es considerado por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como un gasto deducible para las personas físicas con actividad empresarial, quienes estén en un régimen de incorporación fiscal y también para las empresas. En caso de que adquieras un vehículo o unidades de carga que son indispensables para tu negocio, estos podrán ser deducidos por completo, de acuerdo a la Ley de ISR.
¿Cuál es la mejor opción para hacer crecer tu negocio?
Depende de lo que necesites. Si buscas hacerte con bienes totalmente tuyos de manera inmediata, el crédito te dará la liquidez que necesitas pero deberás ser muy cuidadoso con tus finanzas para no retrasarte con los pagos y aumentar considerablemente los intereses.
El leasing es una opción más segura, sus planes de financiamiento son más flexibles y los pagos mensuales suelen ser más pequeños que los de un crédito, además, al final del contrato podrás adquirir el bien que has arrendado por una cantidad muy pequeña o renovar el contrato arrendando un bien más moderno.
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